¿Cuál es la relación entre pérdida auditiva y trastornos cognitivos?

El prestigioso diario médico inglés The LANCET publicó recientemente que el 30% de las demencias podrían prevenirse con cambios en el estilo de vida. Entre los 9 factores de riesgo modificables, la pérdida auditiva ocupa el primer lugar con un 9%, frente al 5% del tabaquismo, el 3% de la inactividad física y el 1% de la obesidad.

Comprender la relación entre la sordera y los trastornos cognitivos

Las consecuencias de la sordera y los problemas de audición son múltiples y dependen del grado de la afección.

• La sordera leve o la más avanzada tiende a reducir los estímulos enviados al cerebro, lo que exige un mayor esfuerzo para la comprensión. Este esfuerzo adicional se llama sobrecarga cognitiva, afectando la memoria y la concentración. A largo plazo, esto contribuye a la degeneración de las funciones cognitivas y provoca fatiga mental.
• Hasta la fecha, no existe consenso científico sobre si la sordera acelera la demencia y enfermedades como el Alzheimer en las personas mayores. No obstante, la falta de estimulación cerebral parece ser un factor relevante en el deterioro cognitivo.
• La pérdida auditiva relacionada con la edad (presbiacusia) es un factor de aislamiento social. Dificulta el seguimiento de las conversaciones y, con el tiempo, las personas afectadas pueden cansarse de pedir que les repitan las palabras o de no entenderlas, lo que las aleja de sus relaciones sociales.

¿Cuáles son las tres consecuencias principales de los problemas de audición no tratados?

Si los problemas auditivos no se diagnostican y tratan a tiempo, pueden tener graves consecuencias para la salud de los pacientes. Es recomendable un examen auditivo con un especialista en ORL para evitar la sobrecarga cognitiva, el aislamiento social y la pérdida de autonomía, así como el riesgo de demencia y deterioro cognitivo.

1. Fatiga y sobrecarga cognitiva
   Al requerir un mayor esfuerzo de comprensión, el cerebro se fatiga más rápidamente. Este problema se agrava con la progresión de la pérdida auditiva.
   La sobrecarga cognitiva dificulta la gestión de tareas simples en la vida diaria y acelera el deterioro cognitivo en personas con pérdida auditiva. En consecuencia, los pacientes que tienen dificultades auditivas pierden autonomía y calidad de vida.

2. El aislamiento social y la pérdida de autonomía
Al evitar los contactos e interacciones sociales, las personas con sordera leve o con problemas auditivos no tratados tienden a aislarse de su entorno. Muchas de ellas no se atreven a pedirle a su interlocutor que repita lo dicho y, en su lugar, fingen haber entendido.
Al mismo tiempo, hay pocas herramientas disponibles para ayudar a una mejor comprensión en estas situaciones. Como resultado, muchas personas dejan de participar en conversaciones y su entorno se acostumbra a no incluirlas en las interacciones.

Cuando hay menos estimulación auditiva, la pérdida de capacidades cognitivas avanza con mayor rapidez. Menos estimuladas, las personas experimentan un deterioro más rápido de sus funciones cerebrales y dependen cada vez más de los demás para realizar sus actividades diarias.

3. Riesgo de demencia y deterioro cognitivo
   Cuando una persona sufre de problemas de audición, su capacidad de comprensión se ve afectada.
   La reducción de la estimulación intelectual que esto provoca tiene un impacto directo en la función cognitiva. Es decir, el cerebro recibe menos información sonora, lo que afecta la memoria y la capacidad de procesar pensamientos complejos.
   Con la edad, esta falta de estimulación contribuye al deterioro cognitivo y aumenta el riesgo de desarrollar demencia, incluyendo enfermedades como el Alzheimer.

Prevención y soluciones para frenar el deterioro cognitivo relacionado con los problemas auditivos

Desde los primeros signos de pérdida auditiva, es fundamental consultar a un especialista en audiología.

El médico ORL (otorrinolaringólogo) realizará una evaluación de la capacidad auditiva a través de diferentes pruebas de audición.

Dependiendo de los resultados del examen, el médico podrá recomendar:

• El uso de prótesis auditivas (audífonos), si el nivel de sordera lo permite.
• El uso de dispositivos como Spokeo, que proporcionan estimulación auditiva cuando el deterioro cognitivo ya es avanzado y los audífonos tradicionales no son suficientes.

Participación en actividades cognitivas y sociales

Desde las primeras etapas de la pérdida auditiva, es importante mantener una vida social activa para estimular el cerebro y retrasar la degeneración cognitiva.

Las siguientes actividades pueden ayudar a mantener la función cognitiva:

• Juegos de memoria (sopas de letras, crucigramas, rompecabezas, etc.).
• Lectura frecuente para estimular la comprensión y el razonamiento.
  

• Conversaciones regulares con amigos y familiares para mantener el contacto social.

¿Qué señales deben alertarte cuando una persona empieza a perder audición?

Si eres un familiar, cuidador o profesional de la salud que atiende a una persona mayor, puede ser difícil detectar los primeros signos de pérdida auditiva.

Esto se debe a que, en la mayoría de los casos, el problema auditivo se instala de forma progresiva, lo que hace que la persona no sea consciente de que está perdiendo audición hasta que la situación ya está avanzada.

Si la pérdida de audición no se detecta a tiempo, la persona puede desarrollar problemas de comunicación, lo que genera aislamiento social y deterioro cognitivo.

Señales de alerta

•  Dificultad para seguir conversaciones, especialmente en ambientes con ruido de fondo (cafeterías, reuniones familiares, etc.).
  
• Necesidad frecuente de pedir que repitan las palabras o de hacer esfuerzos para entender lo que se dice.
  

• Aumento progresivo del volumen del televisor o de otros dispositivos de sonido.

•  La persona mira al vacío cuando le hablan y parece ausente.

• Aislamiento social progresivo (menos salidas del hogar y menos interacciones sociales).

Conclusión

La sordera y los trastornos cognitivos están íntimamente relacionados.
Una detección temprana en un centro ORL permite evaluar las funciones auditivas y orientar al paciente hacia el uso de un dispositivo adecuado.
Combinadas con actividades estimulantes para el cerebro, las ayudas auditivas son indispensables para ralentizar el deterioro de las capacidades cognitivas.